jueves, 27 de marzo de 2008

Influencias del cine

El cine de Ciencia Ficción es un cine que se asienta sobre una base de arquetipos reconocibles y paradigmáticos. Yendo más allá, y como una parte de aquél, el cine de Ciencia Ficción Prospectiva va a invocar a la perspicacia del espectador subrayando el ámbito formal en el que el film se desenvuelve. Para lograr tan inmodesto objetivo, este tipo de cine trata de enriquecer el hábitat en el que viven los protagonistas con teorías de evolución social, tecnológica, económica y políticas (MINORITY REPORT, ALMAS DE METAL, CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE...) Hasta tal punto llega el enriquecimiento, que estos films han conseguido traspasar su ámbito puramente artístico para servirnos de referente (subconsciente) a la hora de resolver la pregunta de cómo será nuestro futuro (MAD MAX; EL HOMBRE BICENTENARIO; DESAFÍO TOTAL...).


Cómo el cine admite dentro de sí una multitud de caracteres heterogéneos, las especulaciones sobre el futuro de la humanidad son numerosas y significativas. Pero si en algo coinciden dichos films es en la concepción utópica de la sociedad. Una utopía es el conjunto de imágenes de futuro que están ligadas a preferencias o también a deseos. Dependiendo de que la concepción sea beneficiosa o perniciosa para el individuo, distinguimos entre Eutopía (Optimismo: Escenarios de futuros que son considerados muy deseables o que plantean situaciones que pueden valorarse como buenas) y Distopía (Pesimismo: Imágenes de futuro en que se sufre una involución a estadios más primitivos o, más drásticamente, se plantea un colapso). Ambos caracteres se van a confrontar en el mismo film (GATTACA, LA FUGA DE LOGAN, BLADE RUNNER...), en una contienda donde el ganador coquetea con la desesperanza. Así ocurre en BRAZIL, posiblemente, la película que mejor representa al Cine Distópico.

Brazil: El triunfo de la distopía.

Una Sociedad Deshuminazada: BRAZIL es, sin dudarlo, la obra más personal y ambiciosa de Terry Gilliam. Es un film que retrata, sin concesiones, una sociedad (¿futura?) desilusionada, subsumida en un entorno barroco que se define por la anacronía.
BRAZIL también es una idealización, una canción carnavalesca, el fruto de los sueños de un tipo mediocre que transita por los caminos del tedio hasta que la Realidad le pone en su sitio. BRAZIL se constituye, entonces, en el reverso tenebroso de una sociedad manierista, atemporal y ageográfica que consiente, dentro de su seno, la existencia de unos personajes conniventes con el ambiente opresivo que los rodea.
La obra de Terry Gilliam se desvincula con esta película, y aunque sólo sea formalmente, del exceso humorístico que protagonizaba su trabajo en la Monty Phyton en aras de una enérgica apuesta por la imaginería y el expresionismo conceptual. Y aunque el humor, colindante con el sarcasmo, no deja de estar presente en toda la obra, el tono pesimista del conjunto del relato atenúa su sentido hasta coaligarlo con la intranscendencia. La forma y el fondo adquieren pues, en este film, una grado de parificación extremo que sólo encuentra parangón en la filmografía ulterior del propio Gilliam (con permiso de Greenaway) y va a servir (como un todo sinérgico) para construir un mensaje subversivo y desmoralizador totalmente inverso a la eutopía.
El futuro que nos espera, según Terry Gilliam, es una suerte de estado megaburocratizado, repleto de excesos, donde pervive una sociedad trabajadora encharcada en un ecosistema oscuro y pesado donde apenas hay lugar para el desahogo. Con múltiples referencias literarias como base, que oscilan entre el Kafka de EL PROCESO (y no sólo en relación al arranque y desarrollo del film, sino también en cuanto al espíritu de su entramado argumental) y el George Orwell de 1984 (estado burocratizado y controlador asimilado a una entidad omnipotente), el film de Gilliam parte (como aquella) de una premisa de naturaleza casual que pervierte una parte del aparato burocrático. Como un ente salvaje atacado, y consciente de su incapacidad para sobrevivir a sus propios errores, el Estado reacciona contra aquel desliz borrando del mapa todas las pruebas que sugieren su incompetencia y que, de algún modo, ponen en duda la eficacia de su engranaje y, en último caso, la necesidad de su existencia.

Info. tomada de:

http://www.ciencia-ficcion.com/opinion/op00748.htm

No hay comentarios: